

Esta iniciativa nace de la vivencia personal-familiar dada la dificultad de generar comunidad de las personas con Inteligencia límite, diagnosticadas con infinidad de síndromes o trastornos, diferentes entre sí y muy iguales a la vez. Es, en suma, la dificultad de conformar lo que me llamó una vez un psicólogo «La Tribu» o lo que leí en un buen libro: «mi archipiélago». Todo ello se complica más a la edad adulta de estas personas que quieren independizarse, a pesar de poder acceder a recursos económicos familiares o del propio trabajo; con todo, no tienen ninguna oportunidad de hacerlo. Este proyecto quiere establecer vínculos comunitarios de estos colectivos y de colectivos afines que vivan en edificios con espacios comunitarios que permitan la interrelación, las ayudas mutuas, las sinergias vitales. Estamos hablando de edificios donde la persona es el centro, el motivo de existir: forma parte de una COMUNIDAD INCLUSIVA.